martes, 17 de febrero de 2009

¿Huanupata o Wanuplata?


Escribe: Hugo Viladegut Bush

El más importante centro comercial de Abancay ha sido desde el tiempo de las haciendas Wanupata. El término no se refería a una calle, sino al barrio ubicado en las afueras de la Hacienda Patibamba.

La calle rebautizada en 1960 por el alcalde Arturo Miranda como Calle Andahuaylas en recuerdo al escritor José María Arguedas en realidad nunca debió perder su esencia tradicional, ni los nombres que nos animan a rememorarlos.

Paqlacalle, (Calle de los Pelados) el tramo entre Trucos y la calle Lima, donde hasta el diablo perdió el poncho por pasarse de copas.
Saqracalle (Calle de los Diablos) para el tramo entre Lima y Arequipa, la parte más empinada por donde entraban los negrillos de Cachihuancaray.
Ajacalle, (Calle de la Chicha) para el tramo de las picanterías y chicherías entre calle Arequipa y Díaz Bárcenas.
Muchaycalle, (Calle del beso) para el tramo donde se refugiaban los enamorados para confesarse amor entre Díaz Bárcenas y Apurímac.

El nombre de Wanupata corresponde al barrio de la vendimia a ras del suelo en el centro comercial más importante del siglo pasado, porque esa fue nuestra costumbre. Costumbre que impusieron vivanderas, abaceras, panaderas y carniceras que hicieron la historia de Abancay.

A ellas les debemos: el rescate de la Virgen del Rosario que alguien pretendió llevársela para Huancarama. La entronización del Sr. De la Caída en el calichoso suelo del Barrio Victoria que dejó de ser protección particular en un domicilio de la Calle Lima. La defensa de la Escuela Normal “La Salle” que Andahuaylas pretendió llevarse cuando fue directora de Educación Superior María Martha Pajuelo en 1969, la organización del Centenario de Abancay en 1974, la gestión de la Universidad Tecnológica de los Andes que Luis Alberto Sánchez pretendió desconocer en 1978, la gestión del Mercado de Abastos ante la Junta de Obras Públicas en 1960 y el levantamiento de los cimientos del Mercado Progreso en 1970 que debió conservar su nombre de Wanupata.

Wanupata fue descrita por Arguedas como un lugar pestilente de aguas sucias, pero se debe entender el contexto. En ese entonces las aguas servidas de las vivanderas utilizaban la gran canaleta del Río Kolqaki para ser lavadas en los regadíos de Patibamba.

En Wanupata florecieron negocios de gran envergadura: las Boticas “Belga” del Dr. Cartagena y “Perla” de Consuelo Vivanco, la lechería “Samanez”, los almacenes de José Domingo Loayza, La Renovadora “El Grauino” de Abdón Trujillo, el almacén de Raquel Torreblanca, la Imprenta “El Meridiano” de Gonzalo Sotelo, la Talabartería Elguera, los consultorios del Dr. Guillermo Díaz de la Vega, Juan M. Hercilla y Melitón Casaverde, la Modistería de Pancho Cárdenas, las panaderías Orozco y de Esther Montesinos, el taller de modas de Conchita Casafranca, el coliseo de Gallos de Ernesto Velarde, la ferretería de Dionisio Oyanguren, el almacén de Mauro Herrera Altamirano, el Almacén Matamoros y las conocidas picanterías, algunas de las cuales todavía perduran.

La razón de esta aglomeración de negocios era el gasto de los jornales de los trabajadores de la hacienda principalmente los días sábado. Las comerciantes rescatistas y las campesinas que vendían el beneficio de sus gallinas, patos, cuyes, corderos, lo hacían a ras del suelo: “wanupatapi”, como decían nuestras abuelas.

La zona, pues fue acaso el primer foco de desarrollo, es decir el más importante conglomerado comercial de la Villa de los Reyes de Santiago de Abancay. Por eso, la pregunta final vendría a ser: ¿Huanupata (1) o Wuanuplata (2)?. Tal parece la solución del acertijo que deberán resolver las generaciones venideras.

(1) Hanupata: mercadería o guano a ras del suelo. Se entiende el guano como artículo de venta sobre el suelo, figurativamente como billete en gran cantidad.
(2) Wanuplata: guano o abono que vale mucho dinero. Venta de guano (u oro en polvo) a ras del suelo.


hugoviladegut@gmail.com